domingo, 2 de marzo de 2008

Autocastigo



Fracasando en el más absoluto silencio personal,
fueron otros los que gritaron mis errores.
Repitiéndolos uno a uno hasta conseguir arrinconarme...
Incapaz de empujarlos,
imposible no escuchar sus réplicas... cansinas, asfixiantes.
Y aquí sigo, de cara a la pared,
sin movimiento alguno a mi alcance.
Por ahora continuaré quieta...
al menos, hasta que sea capaz de volver a encontrarme.




1 comentario:

Runas dijo...

No permitas que nadie grite tus errores,nadie mejor que tú sabe tu forma de actuar y de tomar decisiones. Así que sal del rincon y plantales cara, tñu sabes muy bien como hacerlo. Un beso